sábado, 27 de noviembre de 2010

La nueva 'bomba' de Kawasaki

La Kawasaki ZX-10R es una de las grandes novedades del fabricante japonés para el próximo año y una de las propuestas más esperadas en el segmento de las superbikes. Desde su lanzamiento en el 2004, la firma nipona ha ido alimentando el mito de la mayor de las Ninjas a base de actualizaciones, con mayor o menor éxito, hasta ahora. Con el Campeonato del Mundo de Superbikes como objetivo, Kawasaki ha llevado a cabo una profunda remodelación de la ZX-10R y práctimante no han dejado un tornillo por cambiar.

Chasis, motor y electrónica se conjuran para hacer de la ZX-10R la mejor de las Ninja de toda la historia. De salida, el motor es el más potente del segmento con 200,1 CV. Con el tema del chasis no han querido arriesgar y se han inspirado en el clásico Deltabox de Yamaha que tantos buenos resultados ha dado a la marca de los tres diapasones. Si BMW copió el motor de la Suzuki GSX-R 1000 K07 ¿por qué no puede hacer lo mismo Kawasaki con un chasis? Y nada mejor que una avanzada electrónica, desarrollada a partir de su experiencia en competición, para poder exprimir al máximo el potencia de 'bestia'.

Mientras nuestras montañas se teñían de blanco, Kawasaki nos convocó a la prensa especializada en el Circuito Internacional de Losail en Qatar para poder tener una primera toma de contacto con la nueva ZX-10R. Estética y ergonomía aparte, lo primero que llama la atención nada más salir a pista es la docilidad de su propulsor. Empuja de una forma muy lineal, sin altibajos, y da la sensación de llevar un motor eléctrico. Incluso llegas a dudar que tenga los 200 CV anunciados. Pero con el cronómetro en la mano, mejor dicho en el cuadro de instrumentos, te das cuenta que puedes ir muy rápido con una facilidad pasmosa. Veamos porqué. Por una lado se juntan la progresividad del propulsor con un desarrollo largo mientras que por otro el chasis no presenta fisuras en su dinamismo, aportando un gran aplomo en todo tipo de virajes pero a la vez una elevada velocidad de paso por curva, como su fuera una supersport.

La diferencia la marca la electrónica. La ZX-10R incorpora un avanzado control de tracción que destaca sobre rivales como la BMW S 1000 RR o la Ducati 1198 por su suavidad de funcionamiento. La gran aportación es la predictibilidad del sistema que permite anticipar las reacciones de la moto al acelerar y mejorar las condiciones de tracción. Podemos elegir entre tres modos de funcionamiento además de cuando optamos por desactivarlo del todo. El modo 1 es para un uso en circuito, el 2 para carretera y el 3 para situaciones de piso resbaladizo. De la misma manera, la ZX-10R también nos permite seleccionar el tipo de entrega de potencia entre Full, Middle (la potencia se rebaja al 75% y Low (hasta el 50%). Y por si no tenemos suficiente Kawasaki ofrece como opción el ABS Supersport.

Los amantes de las motos deportivas y los usuarios de circuito encontrarán en la ZX-10R una moto muy equilibrada con la que rodar a por la vuelta rápida resulta más sencillo de lo que uno puede creer por tratarse de una moto de 200 CV. Esta Ninja lo hace todo fácil, no tiene ni trampa ni cartón. Si algo se puede criticar es la altura de los estribos. Se ha revisado la ergonomía, reduciendo la altura de los reposapiés pero ahora tal vez quedan demasiado cerca del suelo aunque son regulables en 15 mm. Y se le sumamos que permite un ángulo de inclinación brutal, los avisadores rozan con demasiada facilidad. También se podría mejorar la visibilidad del indicador de la marcha insertada ya que el número que aperece en su completo cuadro de instrumentos puede resultar pequeño aunque lo pongamos en el modo Carreras.



Por lo demás, Kawasaki puede estar satisfecha con el trabajo realizado. La ZX-10R llegará a los concesionarios en enero en color negro o verde. Y su precio estará algo por encima de la BMW S 1000 RR pero no superará los 17.000 euros.